A la hora de plantar nuestro propio huerto tenemos que tener en cuenta muchas variables. Que plantas queremos cultivar, cuanto espacio tenemos disponible, cuantas horas podemos dedicarle, etc.
Todas estas cosas son importantes, pero hay un factor que lo es más si cabe. Nos referimos al tipo de tierra y los nutrientes que dispone la misma. La verdad es que hay que ser bastante ducho en la materia para diferenciar bien los diferentes tipos de tierra, y conocer a que vegetales beneficia o perjudica.
Pero para lo que no hace falta saber demasiado es para darle un extra de nutrientes a nuestras plantas. Podríamos comprar abono directamente en cualquier tienda, pero este truco que os vamos a contar hoy es mucho mejor, más barato y podemos reutilizar alimentos que no vayamos a comernos.
Tan solo necesitamos un huevo crudo (da igual si es fresco o ya está caducado) y un plátano.
Con una pequeña pala cavamos un hoyo donde vayamos a colocar los vegetales. Introducimos dentro un huevo y un plátano.
Ahora solo tenemos que trasplantar las matas de la forma habitual
Después de unos meses veremos el resultado. La cáscara del huevo contiene calcio que viene muy bien a las plantas. Todos los nutrientes de la yema y la clara también son absorbidos por las raíces. Igualmente el potasio del plátano servirá de alimento a las nuevas cosechas.