Cada cocinero o cocinera elabora una tortilla de patatas diferente. Aquí te contamos algunos trucos para conseguir una gran tortilla.
La tortilla de patatas es uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía española. Su origen se remonta al siglo XVIII en la localidad extremeña de Villanueva de la Serena, España. La invención se le atribuye a Joseph de Tena Godoy y al Marqués de Robledo, quienes fueron dos hacendados ilustrados. Estos buscaban un alimento de bajo coste, hecho con patatas, que paliara la hambruna que azotaba al pueblo durante esa época. La idea se fue madurando poco a poco, hasta dar con unos huevos batidos mezclados con patatas cocidas en aceite de oliva.
Desde estos orígenes, la tortilla de patatas se ha convertido en un plato que no puede faltar en la mesa española. Muestra variantes según la localidad y el gusto del cocinero. Las tortillas se preparan finas y gruesas, siendo estas últimas las más comunes. ¿Quién no desea aprender esos pequeños secretos para cocinar una tortilla de patatas gorda sin que quede cruda en su interior?
La bondadosa patata, una fuente de nutrientes
La patata es un tubérculo comestible cuya forma es redonda o alargada. Tiene una piel de color marrón y en su interior la pulpa es blanca o amarilla. Es originaria de la región andina en Sudamérica y fue llevada a Europa en el siglo XVI, por los conquistadores españoles. En un principio, se creía que la patata era un alimento venenoso, que sólo servía para adorno, por las flores de la planta. Actualmente es uno de los productos más consumidos a nivel mundial.
Esta conocida hortaliza es un súper alimento que se ha ganado la popularidad por su alto contenido nutricional. Contiene vitaminas C, A, B1, B2 y B6, es diurética por su alto contenido en agua que obedece a 82%. Es rica en minerales, como potasio, fósforo, magnesio, hierro, calcio y sodio. Además, es una fuente de proteínas, almidón, fibra, ácido fólico, glúcidos y, en mayor medida, de hidratos de carbono.
Cómo cocinar una tortilla de patatas gorda sin que quede cruda en su interior
La tortilla de patatas es un plato que tiene sus trucos para que quede jugosa y cocida en su interior, además de dorada por fuera. Para conseguir esta textura, se recomiendan los siguientes pasos:
- Seleccionar las patatas de piel clara y de color blanco en su interior.
- Tronchar las patatas en trozos no muy gruesos.
- Las patatas deben freírse a fuego medio. Lo ideal es que se cocinen hasta ablandarse y no que se doren mucho.
- Al retirarlas, hay que dejarlas enfriar y que dejar que se escurra el exceso de aceite, antes de mezclarlas con los huevos. Esto es importante porque el aceite aceleraría la cocción prematura de la tortilla.
- Al unir las patatas con los huevos batidos, se recomienda dejar reposar la mezcla durante 15 minutos. Las patatas se hidratan y así se asegura su jugosidad.
- Es importante utilizar una sartén antiadherente para evitar se pegue la tortilla. Para ello, se le agrega un hilo de aceite de oliva y se espera que se caliente para verter la mezcla.
- Es importante cocinar la tortilla a fuego medio-bajo para que cuaje lentamente en su interior, sin que se queme por fuera.
- Se recomienda controlar el fuego y darle varias vueltas a la tortilla para que se cocine por ambos lados de manera homogénea.