Los tomates son una hortaliza con espíritu de fruta que es un básico para cualquier cocina.
Los tomates son una hortaliza con espíritu de fruta que es un básico para cualquier cocina. Los compramos frescos para hacer deliciosas salsas o ensaladas, dependiendo del tipo de tomate nos aportará más de una alegría. El placer de una buena salsa mojada en pan recién hecha es algo indescriptible o con unos simples espaguetis se convierten en el mejor aliado saludable para los niños. Conocer un poco más este ingrediente nos ayudará a cocinarlo mejor. Su secreto mejor guardado saldrá a la luz, es un grave error comprarlos verdes para meterlos en la nevera.
Los tomates no maduran en la nevera
La sociedad actual es una experta a la hora de gestionar los recursos. Cada vez somos más conscientes de lo afortunados que somos y evitamos en gran medida tirar comida. Para poder conseguir que algo perecedero como la fruta o la verdura dure más, solemos compararlos un poco verdes. En la nevera se acaban de poner en su punto y podemos, mientras disfrutarlos.
Esa regla del ahorro casi ancestral no funciona con los tomates. Esta fuente de fibra y potasio además de vitaminas A, C, E, esconde un gran secreto. Los tomates son climatéricos como buena fruta, eso quiere decir que sigue madurando después de ser recolectado. Para los propios agricultores, es importante optimizar sus recursos y por eso, son los primeros interesados en recolectarlos un poco verdes para que lleguen al mercado en perfectas condiciones.
El gran error que cometemos con los tomates es ponerlos en la nevera para que sigan este proceso. El frío es un gran enemigo de la maduración. Este fruto es uno de los más sensibles a los cambios de temperatura, puede generar hongos o bacterias que, aunque no sean patógenas, no son recomendables. Entre las 60 variedades que tomates que existen, la que sea más adecuada para nuestras recetas, si están verdes, mejor que terminen de madurar fuera de la nevera.