Tener una planta de lavanda en casa resulta muy beneficioso ya que ayuda a reducir el estrés, a mejorar el estado de ánimo, a promover el sueño reparador, reducir la inflamación y a eliminar la caspa. Por eso en este artículo te vamos a compartir todos los detalles de su cuidado por si quieres tener una o ya la tienes.
- Lo primero que debes tener en cuenta es el tamaño de la maceta, ya que es una planta que al paso del tiempo desarrolla un gran tamaño. Debe tener un buen sistema de drenaje para que no se acumule el agua ni se pudran sus raíces.
- Esta planta requiere de un clima templado, así que evita exponerla a las temperaturas bajo cero o heladas, se considera ponerla en un lugar donde reciba sol durante la mayor parte del día.
- Requiere un riego abundante ya que tiende a secarse con mucha frecuencia, si observas que sus hojas están caídas deberás regarla con más frecuencia. Una vez a la semana es suficiente para empezar a conocer su necesidad de líquido.
- Cuando florece la lavanda requiere que la podes y así estará lista para comenzar un nuevo ciclo, también la ayudarás a remover sus partes marchitas.
- La lavanda se adapta a cualquier tipo de suelo, aunque se recomiendan aquellos ligeros como la arena y arcilla enriquecidos con algún tipo de abono.